PREGUNTAS FRECUENTES
¿La energía eólica ayuda a combatir el cambio climático?
Sí. A diferencia de las centrales eléctricas de carbón o gas, los parques eólicos no emiten gases de efecto invernadero: solo en 2019, la generación de energía eólica evitó la emisión de 198 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, además de reducir el consumo de agua generalmente necesario para que funcionen las centrales eléctricas de combustibles fósiles. Según la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés), el desarrollo de energía eólica, junto con una mayor electrificación, podría aportar un cuarto de las reducciones anuales de las emisiones de CO₂ necesarias para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París para 2050.
¿Es conveniente la energía del viento?
El viento está presente prácticamente en todo el planeta, pero sabemos dónde sopla con mayor frecuencia y con más fuerza, esto permite instalar sistemas basados en esta información. La transformación de la energía eólica en electricidad ya ha alcanzado niveles de rendimiento satisfactorios: estamos hablando de una eficiencia que se sitúa entre el 40% y el 50%, niveles muy cercanos al máximo teórico alcanzable. Gracias a la innovación tecnológica, la energía eólica representa hoy una de las fuentes de energía disponibles más baratas, con un coste en algunos mercados que está por debajo de los 2 céntimos por kWh.
¿La variabilidad del viento hace que esta fuente sea poco eficiente?
La red eléctrica gestiona la variabilidad del viento en función de la demanda de los clientes que va cambiando a lo largo del día. La energía eólica incrementa solo de forma marginal la variabilidad bajo la perspectiva de la producción del sistema eléctrico. En muchas regiones, la mayoría de los cambios en la generación de energía eólica se compensan con cambios opuestos en la demanda de electricidad u otras fuentes de suministro, basados en programas de Respuesta a la Demanda. Utilizando sofisticados controles y la electrónica, los parques eólicos modernos pueden proporcionar servicios de confiabilidad de la red comparables a los de las centrales eléctricas de combustibles fósiles. Además, los avances en la tecnología de almacenamiento de la energía están mejorando notablemente la capacidad de los operadores para mitigar la intermitencia de la energía renovable sin tener que recurrir a quemar combustibles fósiles.