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Transición Energética

La transición energética es el conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de la energía para evitar las emisiones de gases de efecto invernadero.

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La clave para lograr la descarbonización

El cambio hacia un modelo de producción de energía más sostenible no consiste en el abandono de las fuentes fósiles, indispensables en ámbitos tan relevantes como el transporte aéreo o la industria naval. Así, entre las acciones que contemplan la transición energética se encuentran las siguientes: 

Reducción de emisiones GEI

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Promover el uso de nuevos combustibles más sostenibles como los combustibles sintéticos o los biocombustibles.

Uso de energías renovables

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Impulsar la generación eléctrica de bajo carbono y fomentar la electrificación de los principales sectores de la economía.

Mejora la eficiencia energética

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Tanto de las empresas, como de la sociedad, y fomentar la reducción de su huella de carbono.

Cambios Climáticos

La vida en la Tierra existe gracias a la combinación de tres factores: la correcta distancia del Sol, la composición química de la atmósfera y la presencia del ciclo del agua. Concretamente, la atmósfera asegura que nuestro planeta tenga un clima adecuado para la vida gracias al llamado efecto invernadero natural. Cuando los rayos solares llegan a la superficie terrestre, en parte son absorbidos y en parte rebotan hacia el exterior; si no existiera la atmósfera, se dispersarían en el espacio pero, en cambio, una buena parte son retenidos y reenviados hacia la Tierra por algunos gases presentes en la atmósfera, precisamente los gases de efecto invernadero (entre ellos se encuentran, principalmente, el dióxido de carbono y el metano y también otros como el vapor de agua). Así es como se suma una cantidad de calor a la que ya proviene de los rayos absorbidos directamente. Una suma significativa, ya que sin el efecto invernadero natural, la temperatura media del planeta sería de -18° centígrados en lugar de +15°.

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En la historia del planeta, siempre ha habido cambios climáticos. Sin embargo, el calentamiento climático al que asistimos desde hace unos 150 años es anómalo por ser causado por el hombre y sus actividades. Efectivamente, se llama efecto invernadero antrópico y se une al efecto invernadero natural. Con la revolución industrial, de repente el hombre emitió en la atmósfera millones de toneladas de gas carbónico y otros gases de efecto invernadero, y como consecuencia duplicó la cantidad de CO2 presente en la atmósfera respecto a las cantidades mínimas de los últimos 700 mil años (410-415 partes por millón respecto a 200-180 partes por millón). 

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Las consecuencias del cambio climático

Respecto a los niveles preindustriales, la temperatura media del planeta aumentó 0,98° centígrados y la tendencia observada desde el año 2.000 hasta hoy prevé que, si no se pone remedio, podría llegar a un +1,5° más antes del 2030. El impacto del calentamiento global ya es evidente: el hielo marino ártico disminuyó de media un 12,85% por década, mientras que los registros de las mareas costeras muestran un aumento del nivel del mar de 3,3 milímetros por año desde 1870. La década 2009-2019 fue la más calurosa nunca registrada y 2020 el segundo año más caluroso de la historia, ligeramente por debajo del límite máximo establecido en 2016. Las temporadas de incendios se han vuelto más largas e intensas, como sucedió en Australia en 2019 y de 1990 a hoy cada año han aumentado los eventos meteorológicos extremos, como ciclones e inundaciones, que también ocurren en épocas del año atípicas con respecto al pasado y que son cada vez más arrolladores. Fenómenos como El Niño se han vuelto más irregulares y han determinado temibles sequías en zonas ya amenazadas por la aridez crónica, como el este de África, mientras que la Corriente del Golfo se está ralentizando y podría cambiar de rumbo. Las especies vegetales y animales se desplazan de forma imprevisible de un ecosistema al otro, acarreando daños incalculables a la biodiversidad de todo el mundo.

Definir todo ello con el término cambio climático es correcto, pero no lo explica de forma suficientemente clara. Tenemos que empezar a hablar de crisis climática porque el clima siempre ha cambiado, pero no tan rápido ni con infraestructuras rígidas y complejas como las ciudades y el sistema productivo a los que los países más industrializados están acostumbrados. 

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Las soluciones al cambio climático

Las actividades humanas impactan cada vez más en el clima y en la temperatura de la Tierra al quemar combustibles fósiles y talar las selvas pluviales. Eso añade enormes cantidades de gases de efecto invernadero a los que ya están naturalmente presentes en la atmósfera, aumentando el efecto invernadero y el calentamiento global. Lo que más daños determina es el consumo de carbón, petróleo y gas, que constituyen la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. En 2019, de acuerdo con el informe Global Energy Perspective 2019 de McKinsey, las fuentes fósiles fueron responsables del 83% de las emisiones totales de CO2 y tan solo la producción de electricidad a través del carbón representó el 36% del total, aunque en 2020, debido al confinamiento ocasionado por la Covid-19, las emisiones disminuyeron drásticamente (fuente World Energy Outlook 2020).

Se ha estimado que la tendencia actual de las emisiones de gas carbónico debidas a la combustión del carbón es responsable de una tercera parte del aumento de 1 grado centígrado de las temperaturas medias anuales por encima de los niveles preindustriales y que, por consiguiente, es la fuente de emisión principal de la historia humana. En absoluto, el petróleo es la segunda fuente de emisiones, con una producción de 12.540 millones de toneladas de CO2 en 2019 (el 86% del total del carbón de 14.550 millones de toneladas).

También la tala de los bosques provoca daños considerables: los árboles ayudan a regular el clima al absorber el gas carbónico de la atmósfera, por lo que con su tala se pierde este efecto beneficioso y el carbono almacenado en los árboles se emite a la atmósfera, contribuyendo a aumentar el efecto invernadero.

Finalmente, el aumento de la cría intensiva del ganado y el uso de fertilizantes nitrogenados contribuyen a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.

1,5°

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Aumento de la temperatura antes de 2030 - 2050 sin ninguna intervención

0,98°

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Aumento de la temperatura

en 2019 en comparación con los niveles preindustriales.

97%

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Porcentaje de científicos que atribuyen el calentamiento global a las actividades humanas

tala de arboles
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